26-05-2018 EL DISCRETO ENCANTO DE LAS CARRETERAS SECUNDARIAS
Una de las muchísimas características definitorias del tiempo que nos ha tocado vivir es la que nos impulsa a sentir constantemente la necesidad de hacerlo todo, o conseguirlo, cuanto antes, todo lo deprisa que sea posible, a la máxima velocidad. Es una exigencia permanente, que tiene su más clara expresión en cosas como los viajes, sean aéreos o por medio del AVE, pero también en el manejo cotidiano de los adminículos que se han incorporado ya de manera inevitable a nuestra cotidianeidad. Pedir al ordenador o al móvil una consulta cualquiera nos desespera si la pantalla tarda más de tres segundos en contestar. El teléfono empieza a sonar y antes de que tengamos tiempo de contestar a la llamada ya se está anulando. De los múltiples ejemplos que podría citar, sólo hay uno que me parece justificado: la desesperación que nos produce el infinito tiempo de espera que hay que soportar antes de que llegue el autobús urbano de Cuenca, cuyo detestable funcionamiento ha c